domingo, 27 de enero de 2008

Call of Duty 4

Call of Duty 4 se reinventa con su cuarta entrega que supone su regreso triunfal a Pc. Este fenomenal videojuego bélico apuesta por cambiar el telón de fondo. De la clásica Segunda Guerra Mundial pasamos a las guerras contemporáneas. Todo un acierto.

A estas alturas pocos quedan que todavía cuestionen la decisión de Infinity Ward de trasvasar la serie Call of Duty desde la Segunda Guerra Mundial hasta los conflictos de nuestro siglo. La saga comenzó en el año 2005 con su imprescindible primera entrega, y tras dos sobresalientes nuevos episodios ambientados siempre en la Gran Guerra, por fin ha llegado el momento de cambiar… Renovarse o morir.

¿El resultado? Un éxito a todos los niveles. Lo cierto es que hay una saturación muy importante de videojuegos basados en la guerra que asoló Europa en la década de los 40, y el cambio de aires ha sido un auténtico soplo de aire fresco para las series bélicas.

El retorno de Infinity Ward también es noticia, y muy positiva. No es que Treyarch, responsables de la tercera entrega –que lamentablemente nos perdimos en Pc- y de algunos spin-offs consoleros, estuviera haciendo un mal trabajo; pero lo que si que es cierto es que con Call of Duty 3 se perdieron muchas de las señas de lo que este ciclo de videojuegos ha representado para la industria. A saber: Épica, megalomanía y unas dimensiones gigantescas a la hora de representar el caos del combate. Estas tres características vuelven en Modern Warfare, el nuevo episodio de Call of Duty, representadas en mastodónticas batallas en un hercúleo esfuerzo por captar la furia y el salvajismo de la guerra.

Call of Duty 4 nos devuelve al campo de batalla. Pese a que la ambientación ha cambiado, lo cierto es que estamos ante un juego que conserva todo el sabor de la saga.

Nuevo Campo de Batalla

En Call of Duty 4: Modern Warfare encarnaremos a dos soldados a lo largo de un conflicto de escala mundial. Alternaremos las misiones de un miembro de las SAS británico con las del marine americano; en un estupendo ejemplo de narrativa episódica, simple y excelentemente tratada.

El juego nos traslada a una época contemporánea en la que varios gobiernos están siendo derrocados por grupos rebeldes, y una amenaza nuclear se extiende consigo. Nuestro papel, por supuesto, consistirá en liberar rehenes, participar en operaciones especiales o ayudar a tomar ciudades.

Pero COD 4 sorprende hasta en el tratamiento de esta, en principio rutinaria, historia que ha tomado un cariz mucho más adulto. Asistiremos a un explícito espectáculo de violencia, y no sólo por las muertes que nosotros provoquemos, si no por lo duras de algunas de las escenas cinemáticas, y por el carácter realista que tienen las situaciones que acaecen.

Desde el fantástico epílogo a bordo del barco hasta el fragor de la última misión, pasando por la impecablemente ejecutada escena de créditos –una de las mejores y más impactantes que recordamos en los últimos años-, Modern Warfare se convierte en una prodigiosa montaña rusa de emociones y giros argumentales que nos llevarán de un lado a otro de Europa y Oriente Medio, con abundancia de sorpresas y de momentos épicos.

Lamentablemente la historia es tan intensa, y está tan llena de momentos de brutalidad, tanto explícita como implícita, que la campaña es terriblemente corta. No es que se haga corta, que también, es que en apenas 4 horas en el nivel fácil y poco más de 6 en el difícil podremos superarla.

Por su parte el nivel de dificultad más alto, veterano, convierte a los enemigos en auténticas máquinas de matar, con una precisión de tirador olímpico y una resistencia de dioses. Si bien este modo incrementa de forma notable la duración del estilo de juego individual, lo cierto es que lo consigue a base de obligarnos a repetir una y otra vez los checkpoints más duros gracias a una dificultad por momentos insoportable.

Limpiar y Despejar

Call of Duty 4 comienza con un tutorial, como es lógico y costumbre en la saga, que en un campamento de entrenamiento nos enseñará cuanto necesitamos saber sobre los controles. El susodicho tutorial introduce un concepto muy interesante en las series, y es el de recomendarnos una dificultad según nuestra pericia en las pruebas de habilidad por las que tendremos que pasar.

Veremos el conflicto a través de los ojos de dos soldados. Uno británico y uno estadounidense, cuyos caminos se cruzan en la distancia de forma totalmente anónima.

Para ser más concretos el comandante nos propondrá despejar un simulacro de piso franco en un tiempo determinado, y según nuestra eficacia y precisión, al acabar la prueba nos emplazará a escoger un nivel de dificultad de entre los cuatro que se proponen.

Una vez hecho esto, nos subiremos a un helicóptero y comenzará el combate. Primera parada: Un gigantesco barco en medio de una tormenta. Desde este genial y adrenalínico comienzo, la acción de Modern Warfare se dispara como una mecha de explosivo, y nos lleva de una misión a otra con excepcional habilidad.

Los objetivos serán diferentes, desarmar una bomba, liberar a un preso, acabar con la resistencia de una ciudad ocupada… Aunque mirándolo en profundidad, todos se reducen a lo mismo, limpiar y despejar.

Sin embargo la variedad de entornos son un seguro de vida a la hora de aportarle interés y diversión a un videojuego, y este título es un auténtico ejemplo. Además la pericia de Infinity Ward a la hora de presentarnos diferentes situaciones y decenas de posibilidades a la hora de afrontarlas, es lo que convierte a Call of Duty 4 en una experiencia de todo menos rutinaria.

Por si fuera poco la presencia de efectos climáticos no resulta sólo un mero componente visual sino que afectará profundamente al apartado jugable. Viviremos tormentas a media noche, fríos amaneceres, espectaculares desembarcos a plena luz del día… Nuestro comportamiento en cada uno de estos momentos debe ser escogido con cuidado.

Por la noche nuestro camuflaje y fusil de larga distancia será fundamental para cubrir los objetivos; pero, por ejemplo, en las gigantescas maniobras de desembarco con centenares de soldados tomando una ciudad sería absurdo tratar de ser sutil, y optaremos por la ensordecedora indiscreción de nuestro G36C.

Y es que la variedad de armas siempre ha sido santo y seña de la saga Call of Duty y, desde luego, Modern Warfare no es una excepción. Como es habitual en este tipo de juegos contamos con nuestras armas, y también con las que deja caer el enemigo; de este modo podremos equiparnos con ametralladoras, pistolas, Uzis o los clásicos AK-47; pero también contaremos con la posibilidad de recoger lanzacohetes RPG-7, potentes recortadas o los rifles de precisión Dragunov. Por supuesto también infinidad de complementos como gafas de visión nocturna, granadas, camuflajes o minas. Un excepcional arsenal, de una riqueza fundamental para un lanzamiento de acción.

Tomando Perspectiva Desde la Distancia

Call of Duty 4: Modern Warfare toma importante distancia de sus predecesores, y no sólo en el obvio aspecto de su elección cronológica. Para empezar se ha optado por las misiones cortas, y el juego presenta hasta 19 niveles que, en su mayoría, pueden ser superados en apenas 20 minutos.

Pocas veces se ha logrado mejor la sensación de pertenecer al ejército que en un Call of Duty. Somos uno más de un gigantesco conflicto, pero nuestro papel es imprescindible.

Esto le aporta al programa una intensidad y una fuerza narrativa inédita en la saga. Antes de que tengamos tiempo de aburrirnos de un nivel, cumpliremos los objetivos o habrá un vuelco en la situación, y seremos obligados al traslado a otro lugar para cumplir otros nuevos.

Pero también en el combate hay muchos cambios. Las balas han sufrido importantes cambios en su comportamiento para tornarlas más realistas. Por ejemplo, si disparamos a través de una superficie de escaso grosor, nuestro fuego la atravesará e impactará sobre quien se encuentre al otro lado de la pared. Esto, por supuesto, servirá para disparar a través de plástico, madera o materiales ligeros, no será útil lógicamente en superficies gruesas de piedra u hormigón.

Este hecho nos afecta a nosotros a la hora de disparar, pero también al hacernos más vulnerables, pues reduce de forma importante el espectro de materiales tras los que buscar cobertura. Por ejemplo será absurdo refugiarse tras un cajón de madera o un bloque de paja, lugares donde en otros videojuegos seríamos inexpugnables. Todo esto dota de un gran matiz de incertidumbre a nuestras coberturas, pues habrá que estar atentos en todo momento para ver cuales valen o cuales no tendrán ninguna utilidad. Así mismo también deberemos tener cuidado con los automóviles, pues con disparos en el depósito podrían matarnos al estallar.

Hay por lo tanto una fuerte interacción con los elementos que pueblan los entornos, no obstante no todos se comportan con el mismo realismo. Si abrimos fuego sobre un puñado de botellas sobre una mesa, lo haremos con la certeza de que las destruiremos todas, sin embargo otros objetos de, en principio, mayor ligereza como piezas de ajedrez no sufrirán daño o desplazamiento alguno.

También se ha modificado el interfaz para reducirlo de forma muy importante. El mini-mapa en pantalla ha quedado reducido a la mínima expresión, y ahora tan sólo es una brújula plana que nos marca la distancia y dirección del objetivo. El resto de aspectos en pantalla también ha sufrido una importante merma en aras de aumentar la sensación de estar dentro del conflicto, y no ante un videojuego.

¡Charlie no Hace Surf!

Como ya hemos mencionado brevemente el mayor logro de Modern Warfare es el de recuperar la dimensión gigantesca y épica de los combates que, de alguna manera, se perdió en la tercera entrega.

Infinty Ward ha estado trabajando durante años en este COD 4, y ha tomado nota de los momentos que más nos han impresionado a los jugadores. La cuarta parte de Call of Duty está repleta de escenas que nada tienen que envidiar a la batalla de Stalingrado del primero o a la defensa de los edificios del desierto del segundo.

Oriente Medio, Europa del Este, Cargueros a la deriva. La baraja de escenarios del juego es muy grande y, con ellos, no tendremos opción de aburrirnos.

Trances tan memorables como al principio de la campaña de Call of Duty 4 cuando al cortar la luz de un edificio tomado por el enemigo todos los soldados hostiles caminan a ciegas tratando de encontrar la salida, mientras nosotros ataviados con unas gafas de visión nocturna les eliminamos poco a poco sin que se den cuenta. Así como el igualmente imborrable instante en que el helicóptero cae en medio de la ciudad abandonada arrastrando todo a su paso, o el fantástico primer desembarco en Oriente Medio con el cielo infestado de aeronaves.

Hay numerosas decisiones que hacen de este Call of Duty 4 el sobrecogedor monumento al combate masivo en el que se ha convertido, pero fundamentalmente se ha tratado de representar con todo detalle entornos masivos con decenas de personajes en pantalla en lapsos muy breves, en aras de lograr un sentimiento de pertenencia y, en ocasiones, de angustia realmente portentoso.

El comportamiento de los enemigos también contribuye a esto, y no sólo por su realista movimiento en combate, sino también por realizar acciones desafiantes y muy trabajadas. Para empezar se nota un obvio pulido en su comportamiento con respecto a las anteriores entregas. No se limitan a mirar, mantener posiciones y correr hacia nosotros como pollo sin cabeza. Si bien es cierto que hay muchos momentos de acciones incomprensibles, lo cierto es que la sensación general es muy superior, con rutinas de inteligencia artificial más complejas.

Destaca en su comportamiento los movimientos, marca de la casa, del disparo con arma auxiliar cuando los rivales están heridos retorciéndose en el suelo; y el nuevo patrón de comportamiento mediante el cual, cuando están parapetados, no siempre se asoman desde sus coberturas para disparar, y en muchas ocasiones lo hacen a ciegas, mostrando tan sólo el arma para no exponerse a nuestro fuego.

Otro aspecto genial del título es su uso de las sombras, no sólo como posibilidad jugable, sino también como recurso narrativo. Las sombras de los enemigos cuando estén cerca de un punto de luz nos ayudarán a descubrir sus posiciones a menudo, pero el juego también las usa de forma habitual como importante elemento dramático para resaltar figuras o partes del cuerpo; es el caso del rescate del ruso de la granja, en el que la gigantesca sombra de su mano extendida tras una lámpara nos revela su condición de prisionero y su son de paz.

La Guerra es Cosa de Muchos

La campaña es corta, si, un modo individual que ronda las 4-5 horas no puede ser calificado de otra manera que de extremadamente breve; pero Call of Duty 4 tiene otros aspectos que enriquecen profundamente su oferta, y el principal de ellos es su fantástico multijugador.

Pese a que la campaña es realmente corta, poco más de cinco horas, Modern Warfare cuenta con un impresionante multijugador que ningún aficionado a los títulos bélicos debería perderse.

Lo que a muchos jugadores espanta de los modos multiplayer en los títulos de acción, es su carácter inconexo y reiterativo. En Call of Duty 4 la experiencia se basa en todo lo contrario, crearemos un personaje y lo acompañaremos a lo largo de nuestro periplo on-line ascendiéndolo de rango y obteniendo ventajas y desbloqueando objetos, armas y complementos para su uso en sucesivas partidas, y para la creación de una clase totalmente personalizada.

En la versión Pc hasta 32 jugadores pueden disputar la partida al mismo tiempo, y los mapas son 16, donde revisitaremos multitud de lugares y situaciones de la campaña, como el barco, la granja rusa o las ciudades derruidas.

Los modos de juego son los siguientes: Busca y Destruye, en el que deberemos defender y atacar diferentes objetivos del mapa; Sabotaje, en el que habrá que localizar explosivos y volar emplazamientos; Deathmatch por equipos, donde, como su propio nombre indica, nos limitaremos a matarnos los unos a los otros divididos en bandos; Dominación que consiste en capturar tres puntos del escenario; Cuartel General en el que deberemos conquistar o defender la base; y por último Libre, en el que no hay restricciones.

Asimismo hay cinco profesiones, Asalto, Operaciones Especiales, Infantería Pesada, Demoliciones y Francotirador. Cada una de ellas con sus armas, fortalezas y debilidades que deberemos explotar para nuestro provecho.

Por último resulta curiosa la forma de premiar nuestras rachas en el multijugador de Call of Duty 4. Si matamos de forma consecutiva a 3, 5 o hasta 7 enemigos sin morir, tendremos acceso a inmediatas retribuciones, tales como soporte de artillería, ataque aéreo o incluso la presencia de un helicóptero de apoyo.

Al Límite

Estamos gráficamente ante uno de los mejores títulos que se pueden encontrar en estos momentos en PC. Por la calidad de sus efectos, por el modelado de los personajes, por lo detallado de las texturas y por las realistas animaciones.

Se trata de entornos muy grandes, con multitud de objetos y posibilidades y con una iluminación y sombras que quitan el hipo. Pocas veces hemos visto unos cielos y unos edificios tratados con tanto mimo y cariño, y el efecto de la luz incidiendo sobre las construcciones les da un barniz de veracidad realmente increíble.

Impresionante. Call of Duty 4 es uno de los títulos de acción con mejor aspecto de los últimos años. Sus entornos realistas y lo cuidado de las animaciones, lo convierten en poco menos que vivir en primera persona una película de guerra.

Los personajes presentan un aspecto fenomenal, con un amplio abanico de rostros y con unos cuerpos dotados de un gran número de polígonos que les otorgan un aspecto sensacional. Los efectos visuales tales como explosiones, partículas y, sobre todo, el humo destacan sobre el resto.

Pero es en las animaciones donde más brilla el tratamiento de los caracteres. Veremos morir a los enemigos de, literalmente, decenas de formas distintas según donde les impacten nuestras balas, y los desplazamientos de aliados y rivales sobre el campo de batalla son de sobresaliente, con una fluidez y una cadencia de movimientos asombrosa.

Por si fuera poco Infinity Ward nos sorprende con una optimización pocas veces vista en estos tiempos. Si cumplimos con los requerimientos nos podemos preparar para una experiencia sensacional, con una relación requisitos-resultados muy ajustada, y con una tasa de imágenes por segundo muy sólida.

Otro apartado soberbio es el sonoro; donde la saga, como siempre, cumple con brillantez. La música es otro nuevo e impresionante trabajo del compositor Harry Gregson-Williams, que brilla con luz propia. Buena parte del ambiente épico y grandioso del juego está logrado por el fenomenal score de Gregson-Williams. Multitud de partituras de enorme calidad que nos acompañarán a lo largo de esta aventura aportándoles en todo momento el matiz adecuado.

El de los efectos sonoros es otro aspecto incontestable de Call of Duty 4. Todas las armas suenan con tremendo poderío, y es genial y muy absorbente el oír los sonidos del combate de nuestros compañeros apagados por la distancia. Con un equipo 5.1 nuestros vecinos pensarán que nuestra casa ha sido tomada por tropas rebeldes.

Valoración de Call of Duty 4

Call of Duty 4 es la mejor entrega de la saga si exceptuamos su primer capítulo. Lo breve de su campaña no debe eclipsar su calidad e intensidad; y el sobresaliente multijugador compensa de sobra los problemas que su duración pueda acarrear. Valores artísticos impecables y jugabilidad adictiva y fascinante para un videojuego imprescindible.


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