martes, 16 de diciembre de 2008

Left 4 Dead


Rápido y feroz, un auténtico depredador de acción en forma de asfixiante shooter.

El esperadísimo Left 4 Dead llega por fin a nuestro país, y se convierte en uno de los sleepers del 2008. Valve vuelve a demostrar porqué es un estudio de referencia en el campo de los first person shooters, y labra uno de los multijugadores de la temporada.

Cuando se anunció Left 4 Dead algo llamaba poderosamente la atención de su premisa. Empezó siendo desarrollado por Turtle Rock Studios que fue posteriormente adquirida por Valve, en una maniobra que tras tener el juego final en nuestras manos se nos antoja muy acertada.

Quien etiquete al título que nos ocupa como un Counter Strike con zombies se está quedando sólo en la superficie del título. Left 4 Dead es un gigantesco homenaje a las películas de George Romero en forma de asfixiante shooter, donde el cooperativo para hasta cuatro usuarios tiene un peso específico brutal.

Medicina de Plomo

La historia de Left 4 Dead se nos narra en una escueta cinemática que aparece antes de los menús, pero su importancia es muy relativa. No se nos dan explicaciones sobre de dónde surge la infección, qué pasa con los supervivientes al acabar sus periplos o contextos sobre sus vidas. El título de Valve versa, en resumen, sobre tres hombres y una mujer puestos al límite y rodeados por hordas de zombies en cuatro capítulos –Alta Médica, Toque de Difuntos, Último Vuelo y Cosecha de Sangre-.

Valve logra una notable revisión de los pilares del Counter Strike. También es un multijugador de acción donde el rol que escojamos tiene mucha importancia, pero Left 4 Dead consigue encontrar su propia personalidad dentro del género.

Los niveles se desarrollan con un estilo muy lineal, generalmente uniendo tramos con pasillos estrechos con arenas algo más amplias. Cada uno de estos capítulos tiene cinco partes y un final épico que el título apropiadamente denomina como “Clímax”, en el que nos enfrentaremos a una auténtica desbandada de criaturas. Entre medio alternaremos tramos infestados de zombies con zonas seguras en las que aprovisionarnos de armas y botiquines para poder seguir el trayecto.

Hay que destacar que la narrativa brilla por su ausencia, y los diferentes niveles que componen estas cinco localizaciones son algo así como cinco películas de serie B con sus propios títulos, pósters y situaciones. No hay guión, simplemente se nos planta en un punto, y debemos recorrer el mapa intentando escapar de la amenaza de ultratumba.

No obstante los que esperen encontrarse algo cercano al Survival Horror andan muy desencaminados. En primer lugar porque todo en Left 4 Dead es demasiado frenético para dar miedo, hay algún susto concreto, pero en líneas generales el juego trata más de la sensación de angustia al ponernos frente a decenas de enemigos que acerca del terror.

Left 4 Dead es un entretenimiento directo y conciso. Niveles cortos, partidas rápidas y sobre todo un espectáculo de acción cruento y salvaje.

Lo que si que logra a la perfección el videojuego es la sensación de unidad y de requerir de una gran comunicación y compenetración entre los compañeros, ya sea en un bando o en el otro, pero especialmente en el lado humano. El fuego amigo no se puede desactivar, y el instinto de supervivencia hace que velemos tanto por la salud de los miembros del equipo como por la nuestra, puesto que con bajas estamos seriamente expuestos.

Cosecha de Sangre

El juego ofrece dos modalidades de juego, y también la posibilidad de superar el modo historia en solitario. La campaña es precisamente la principal, y plantea la posibilidad de superarla siempre desde el bando de los supervivientes junto a otros tres colegas humanos en las poco más de seis horas a lo largo de las que se prolonga. Los zombies tienen por comportamiento la estupidez que se les presume, pero cuando oyen un disparo o se ven amenazados, son tan rápidos y feroces como cualquier depredador de la naturaleza.

La campaña individual off-line está presente en Left 4 Dead y es un entrenamiento más que correcto para el modo on-line, aunque obviamente carece de la chispa de éste.

Los niveles de dificultad son cuatro: Fácil, Normal, Avanzado e Imposible, aunque no afectan a la IA del enemigo sino a su capacidad de infligir daño y a la salud que se restaura del uso de botiquines. Los dos primeros modos de dificultad son excesivamente sencillos, mientras que el reto y todo lo que conlleva Left 4 Dead en cuanto a angustia y desafío se oculta en los otros dos.

Hay diferentes tipos de zombies, los más feroces son los Smokers que tienen una lengua gigantesca con la que atraparnos, o los Boomers que vomitan sobre el jugador y que atraen a gran cantidad de enemigos sobre éste. Tampoco conviene deshechar la fortaleza de los Hunters, los Tank o de la temible Witch, que duerme placidamente hasta que alguien comete el error de despertarla.

Enfrentamiento es la segunda modalidad de juego de Left 4 Dead, y será aquí donde tomaremos el papel de los infectados o de los humanos, puesto que los ocho jugadores que participan simultáneamente se dividen en estos dos bandos. El hecho de que haya cuatro jugadores infectados no significa que sólo haya cuatro zombies, puesto que los mapas están plagados de “infantería”. Los cuatro usuarios que opten por el bando de los no-muertos serán simplemente los jefes, e irán rotando sus roles a excepción de la Bruja, que permanece inaccesible por razones obvias.

Si anteriormente hemos mencionado que los humanos requieren enormes dosis de trabajo en equipo, esta premisa no es ajena a los muertos vivientes. En este bando deberemos tener muy claro el rol de cada uno y, por ejemplo, mientras nosotros con el Boomer cegamos a los enemigos con nuestros vómitos, un Hunter puede destrozarlos con sus garras a toda velocidad.

La curva de aprendizaje es algo más dilatada en los zombies, puesto que cada uno de los cuatro tipos que podemos encarnar tiene unas características muy distintas. No obstante el proceso es muy sencillo e intuitivo, puesto que los controles son tremendamente simples.

Louis, Zoey, Francis y Bill son los cuatro estereotípicos protagonistas de Left 4 Dead. Antes de cada nivel el juego pone nuestros nombres sobre los personajes en un cartel al más puro estilo de poster cinematográfico.

Cuando hemos sacado partido a todo lo que da de si este Left 4 Dead en su vertiente de enfrentamiento, y conocemos los mapas a la perfección, es el momento de optar por la opción Director, que modifica todos los elementos. Aquí se alteran los puntos de respawning, la cantidad de enemigos o el lugar donde se esconden los ítems. Es una excelente forma de revitalizar el título, puesto que una vez memorizados los mapas y todos sus secretos, el factor sorpresa se diluye.

Look Half-Life

Source, el motor gráfico de Valve, vuelve a demostrar su sobradamente conocida solvencia en títulos de casi cualquier característica, y de nuevo nos depara un apartado gráfico cuidado y potente, aunque algo lastrado por los años que como es lógico comienzan a pesarle.

Cualquier usuario coincidirá en que en un título de estas características prestarle demasiada atención al apartado gráfico acaba siendo contraproducente, pues la idea es que el lanzamiento pueda ser aprovechado por la mayor cantidad de usuarios posibles con unos requisitos maleables, y también favorecer la optimización del código que invalide el lag. Las texturas, sin embargo, tienen un nivel de detalle competente; el modelado de los personajes está cuidado y los efectos tienen un acabado bastante razonable.

Si uno de nuestros compañeros muere no significa el fin de la partida, el resto de supervivientes sigue tratando de terminar el nivel. Los compañeros humanos pueden ser revividos si accedemos a sus áreas de rescate.

El juego en lo tecnológico funciona con el fantástico rendimiento que exponen todos los lanzamientos de Valve. Left 4 Dead permite escoger resolución, y dientes de sierra en los términos más generales; y si nos ponemos más puntillosos también los filtros anisotrópicos, detalles de efectos y modelos, presencia o no de sincronía vertical y el grado del filtro de grano que le da ese toque tan característico de película de Serie B.

El resultado a nivel de imágenes por segundo es extraordinario, y el título exhibe en uno de los equipos de pruebas de la redacción –AMD 4200 X2, 8800 GT, 2 Gb RAM- unos robustos 60 frames con todos los parámetros gráficos debidamente maximizados. Por otra parte en el testeo al que hemos sometido al título, el lag ha brillado por su total ausencia, fuera cual fuera el mapa escogido, la configuración empleada o el número de enemigos y aliados en pantalla.

Hay diferentes tipos de objetivos en Left 4 Dead: Avanzar de un punto a otro, limpiar áreas de enemigos, contestar a la radio para confirmar un rescate, rescatar a un superviviente…

Por último hay que destacar que en el apartado sonoro los efectos de las armas son algo genéricos y pobres, pero el videojuego ofrece un resultado más que aceptable en el conjunto del audio gracias a una banda sonora irritante como las películas a las que homenajea, y un doblaje a nuestro idioma repleto de gruñidos y gemidos zombie.

Valoración de Left 4 Dead

Left 4 Dead es una de las más agradables sorpresas de esta recta final de 2008. Sin hacer demasiado ruido compone un conjunto muy interesante, en el que la campaña cooperativa se erige como su principal fortaleza. Sólo el tiempo y su aceptación entre los usuarios nos dirá si se convierte en un fenómeno a la altura de Counter-Strike. El listón está muy alto; pero calidad, sin duda, no le falta.


martes, 2 de diciembre de 2008

HellGate: London


Un apocalíptico Londres acoge a los últimos vestigios humanos. Acción y rol se enfrentan a los demonios.

La humanidad ha sido devastada, y sólo un puñado de hombres y mujeres luchan convertidos en modernos templarios contra las hordas de monstruos que tratan de destruir lo poco que queda de lo que llamábamos Londres. Para estos guerreros las estaciones de metro se han convertido en su único hogar, y la faz de la tierra en un apocalíptico campo de batalla.

En esta brillante recta final del 2008 estamos disfrutando de formidables juegos de rol para Pc. Al extraordinario The Witcher y a la notable expansión de Neverwinter Nights 2, hay que sumar en esta ocasión HellGate: London. Un título con un planteamiento muy diferente a esos dos ejemplos, que apuesta decididamente por la acción.

El juego de Flagship Studios se cuenta entre los fieles seguidores del género rol-acción que tan profundamente marcó Diablo, y entre su estudio desarrollador se cuentan, no por casualidad, buena parte de los ideólogos y creadores de la mítica joya de Blizzard. HellGate London, con sus virtudes y sus defectos, es un correcto heredero del espíritu del clásico de 1996, aunque todo suena a déjà vu en esta revisión en clave futurista, y hay ciertas decisiones en su planteamiento francamente discutibles.

Por los Vivos…

El juego que nos ocupa nos traslada a un inmejorable escenario para un juego de rol. Londres devastado por un ataque demoníaco se debate entre su desaparición y su desesperada resistencia en forma de guerrillas humanas. Una sociedad secreta conocida como templarios trata de devolver el golpe desde las profundidades de la tierra donde han logrado esconderse, y para ello utilizarán magias arcanas y modernas armas.

El esperado HellGate: London debuta por fin en nuestro país. El título de los creadores de Diablo conserva muchas maneras de éste, pero sabe encontrar su propia personalidad sobre todo gracias a su fenomenal ambientación.

Este es el punto de partida del juego, que lamentablemente no se explota apenas, y pese a que se trata de una prometedora y fascinante premisa no se elabora con ninguna profundidad. Que nadie se lleve a engaño, esto es un juego de acción y el argumento está ahí, pero no está excesivamente tratado y los pocos giros que hay son más bien justificaciones algo pobres.

La sensacional escena introductoria que supone el espectacular video que ya disfrutamos hace meses, parece el preludio de un hilo argumental marcado por lo épico y lo emocional; pero nada más lejos de la realidad, los diálogos están mal escritos, carecen de interés, y tienen una medida lamentable de donde se encuentra la fina línea que separa la conversación detallada del tedio más absoluto. No obstante el título, consciente de su fuerte debilidad en este aspecto, incorpora el subrayado de los aspectos vitales de los interminables diálogos, y además nos permite omitirlos por completo pulsando sólo un botón.

El ambiente está razonablemente bien conseguido, gracias a la sensación de realmente estar paseando por una ciudad en ruinas y al ocasional vuelo de naves espaciales por el perpetuamente encapotado cielo londinense.

Hay, asimismo, una intención leve de acercarse a un sistema de “bandos”, con un menú que nos indicará nuestra sintonía con las diferentes facciones y grupos de personas que encontramos en el juego. De este modo podremos resultarles amables, indiferentes, etc., a las facciones de las profesiones disponibles, o a las gentes que habitan las distintas estaciones de metro según nuestro comportamiento con ellos. El escaso control sobre la capacidad de toma de decisiones, y lo leve de las repercusiones del caer mejor o peor le restan importancia a este superficial intento.

El Mundo en Llamas

El universo HellGate: London se divide en dos mundos claramente diferenciados, las estaciones de metro donde reina la tranquilidad, y el exterior de las mismas, donde campan las criaturas infernales y los muertos vivientes. Ambos mundos se interconectan en base a portales que deberemos atravesar para ir de un lado a otro, y para viajar instantáneamente entre estaciones podremos emplear los Terminales de Viaje.

En las estaciones encontraremos a todos los npj con los que interactuar. Aquí podremos comerciar (gastar los Paladios, moneda del juego), almacenar objetos, charlar con otros hombres, u obtener nuevas misiones y las recompensas por llevarlas a cabo con éxito. Las paradas de metro tienen un diseño idéntico entre ellas pero distinta distribución, y son el equivalente a las ciudades de cualquier juego de rol medieval.

Los exteriores lamentablemente también tienen un gran parecido entre si, y son túneles de metro, calles derruidas y ocasionales interiores de construcciones. Este parecido entre unos mapas y otros es uno de los principales puntos negros de HellGate: London pues, pese a que la experiencia es muy adictiva, a medio plazo puede cansarnos debido a lo repetitivo de sus escenarios.

HellGate: London es un buen juego de rol-acción, en el que nuestra habilidad con las armas será lo más importante para finalizarlo con éxito.

El juego presenta un curioso sistema de generación aleatoria de los mapas con la intención de que al jugar diferentes partidas los escenarios sean distintos, y se gane en rejugabilidad. Lo que se obtiene en “factor sorpresa” con esta redistribución de los escenarios en cada partida se pierde en valores de diseño y calidad de mapeado.

El armazón estético y estructural de todos los decorados está presente siempre, y lo único, que se hace con esta generación es alterar determinados factores de forma aleatoria, como el cambiar la distribución de las habitaciones o el permutar el orden de pasillos.

Es una medida del todo insuficiente, pues si bien es de agradecer que se tomen este tipo de decisiones de cara a aumentar el carácter rejugable de un título, es muy discutible la forma de realizarlo. El juego hubiera ganado muchos más enteros con un abanico de decorados mucho más amplio, y con una recreación virtual de un mayor número de edificios representativos de Londres.

Creando un Héroe

La campaña de HellGate: London se puede afrontar de dos maneras, sólo o acompañado. En ambos modos deberemos crear un personaje desde cero, pero en el multijugador podremos optar entre los modos Elite y Fanático. La mayor diferencia entre ellos es que en el segundo la muerte es completamente irrevocable, en el primero, no obstante, la dificultad es algo mayor y la curva de dificultad mucho más dura. Los personajes que creemos para ambas ramas de juego deberán ser diferentes.

El multijugador sigue la línea de Guild Wars, orientándose únicamente al modo cooperativo, y ofreciéndonos la posibilidad de interactuar con otras personas solamente en los lugares seguros. El servidor europeo no presenta problema alguno de lag. El modo on-line nos ofrecerá, además, la posibilidad de efectuar una suscripción de pago “Gold”, que nos abrirá la puerta de nuevos contenidos como escenarios, misiones y armas extra.

La campaña individual no presenta posibilidad alguna de escoger el nivel de dificultad, y arranca desde la creación del héroe al que encarnaremos en la aventura. El editor es bastante completo, e incluye la posibilidad de personalizar diferentes aspectos como el sexo, el nombre, la cara, el estilo de pelo, el vello facial –accesorios de belleza para las mujeres como piercings o pendientes-, el color de piel, el de color de pelo, la altura y la corpulencia.

La ciudad de Londres está generada de forma aleatoria en HellGate London, aunque se acusa la seria repetición de los escenarios. Hay efectos climáticos, y algunos monumentos y edificios emblemáticos de la capital británica han sido representados.

Por supuesto y como suele ser habitual en la mayoría de juegos de rol también escogeremos al principio la profesión que queremos que desempeñe nuestro personaje. Las opciones finalmente, y tras muchos rumores, son las siguientes: Espadachín, Convocador, Evocador, Tirador, Ingeniero y Guardián.

Cada una tiene sus virtudes y sus defectos, pero las seis son igualmente interesantes. Si adoramos el combate cuerpo a cuerpo sin mayores complicaciones será apasionante optar por el espadachín, si por el contrario deseamos contar con criaturas a nuestro servicio escogeremos el convocador, o si deseamos combatir con artilugios mecánicos altamente avanzados de nuestra propia fabricación seremos Ingenieros.

La evolución del protagonista responde también a los clichés habituales del género. Con las progresivas subidas de nivel podremos ir repartiendo los puntos de experiencia entre los puntos de atributo (resistencia, fuerza, salud, etc.), o entre las habilidades; que ya incluirán destrezas concretas con las armas o técnicas de magia arcana.

Por supuesto a lo largo de HellGate: London recogeremos muchas armas, artefactos y ropajes. El arsenal del título es completo y variado, y todas las armas responden con un diseño avanzado a los más clásicos estereotipos del género futurista. Lanzadores de rayos, de bolas de energía, de gases, espadas, ametralladoras, fusiles, pistolas, etc. Por su parte las armaduras, y ropas que encontremos podremos equipárselas a nuestro personaje, y su imagen en pantalla reflejará los objetos que portemos.

La curva de dificultad del programa está realmente bien medida y hará que nuestros primeros pasos sean cómodos, sencillos y agradables para, progresivamente y casi sin darnos cuenta, irnos enfrentando a criaturas más y más peligrosas y dañinas. Las primeras misiones son tan fáciles, y en ocasiones absurdas, como eliminar a un número determinado de criaturas para demostrar nuestra valía; devolver una pierna ortopédica a un niño o recolectar fusibles para hacer funcionar un aparato. Según transcurre la aventura las misiones van ganando progresivamente en interés y en complejidad.

El juego toca muchos temas jugables pero no es especialmente profundo en ninguno de ellos. La evolución del personaje está ahí, pero es algo limitada, y la cámara en primera persona resulta fallida en muchos aspectos.

Los Combates

HellGate: London se desarrolla en una perspectiva a caballo entre la primera y tercera persona, siempre a nuestra elección. Desde la vista subjetiva veremos nuestra arma y el resto del interfaz como en cualquier first person shooter, y en la tercera la cámara se colocará a nuestra espalda, escogiendo la distancia de ésta con la rueda del ratón.

El interfaz es sencillo y claramente deudor de Diablo, y eso es notorio con sólo echar un vistazo a la pantalla. La distribución de los elementos en la imagen es idéntica a la del juego de Blizzard. En la parte inferior izquierda, en forma de orbe rojo, veremos el indicador de salud; en la inferior derecha, en forma de orbe azul, veremos el de energía para la magia; entre ambos se dibuja el menú de opciones de personaje, misiones, etc., y bajo éste los accesos numéricos para los diferentes hechizos, poderes y armas que queramos equipar.

La representación en pantalla de los enemigos también es la clásica, con unos detalles informativos sobre ellos que nos indicarán la distancia que nos separa, su nivel, su tipo y raza, y la salud que les resta.

Los combates son sencillos e intuitivos, aunque los que son a distancia están netamente mejor realizados que los de cuerpo a cuerpo, que pecan de ser algo blandos e inconsistentes. La inteligencia artificial de los enemigos evoluciona según su clase y nivel, aunque nunca llega a ser algo realmente digno de mención.

Cuando acabamos con un rival el funcionamiento de la recogida de objetos es sencillo. O bien podemos adquirirlos con la tecla asignada para coger el lote, o bien podemos pulsar la tecla “Alt” para ver todos los ítems en pantalla y adquirirlos empleando el ratón.

El desplazamiento por el escenario y en los combates es sencillo y muy fluido ya que casi nada entorpece nuestro movimiento. El personaje escala automáticamente todos los objetos que están en medio de su camino, y pese a que también hay un botón de salto sólo es necesario para realizar saltos importantes; el proceso para el resto de obstáculos está tremendamente automatizado.

Por otro lado se fomenta el empleo del escenario a nuestro favor, tanto a la hora de cubrirnos de eventuales disparos o ataques con diferentes elementos que lo pueblan, como al empujarnos a usar los abundantes elementos destructibles como botellas de gas o barriles explosivos.

Luces y Sombras Tecnológicas

Gráficamente HellGate: London es un juego ciertamente correcto, con algunos momentos brillantes y otros tremendamente vulgares.

Gráficamente HellGate London es un juego cumplidor. Sacrifica muchas opciones gráficas en aras de llegar al mayor número de equipos posibles.

Deberíamos empezar por señalar que su funcionamiento es realmente fluido, goza de una optimización excelente y de numerosas opciones personalizables para adaptar el título visualmente a nuestras posibilidades.

Esta es la parte positiva, la negativa es que en realidad no hay nada excesivamente cuidado o trabajado como para justificar que el rendimiento no fuera tan suave.

El modelado de los personajes es correcto para un título de estas características, aunque palidece si lo comparamos con el de otros lanzamientos recientes como The Witcher, y otros no tan recientes como Oblivion. Lo estilizado de las figuras y las proporciones piernas-torso recuerdan profundamente al marginado Advent Rising, tanto por su aspecto como por la forma de correr y saltar de los personajes.

Los escenarios, además de repetitivos, no son excesivamente carismáticos y nos dejan la sensación de que un entorno tan majestuoso como Londres podría haber proporcionado mejores resultados a nivel artístico. En lo más técnico la mayoría de texturas son de una falta de detalle alarmante, los cristales realizan un efecto espejo tan descuidado como sonrojante y los problemas de clipping son abundantes.

En lo sonoro HellGate: London cumple en lo musical y en las voces. El score está marcado por fuertes influencias de música electrónica, pero también tiene muchos momentos de suspense. Tan sólo las escenas cinemáticas han llegado dobladas a nuestro país, y las escasas voces que oiremos a lo largo del juego están en inglés. Los textos, por su parte, están en perfecto español.

Valoración de Hellgate: London

HellGate: London es un juego destinado a contentar a los aficionados al rol-acción. Pese a que acusa una fuerte falta de profundidad resulta tremendamente adictivo, y la repetición de escenarios no es impedimento para considerarlo un título muy divertido. Una duración muy respetable, un divertido multijugador y una campaña marcada por la abundancia de acción y las gotas del rol, convierten al debut de Flagship Studios en un título recomendable para los fans del género.