domingo, 1 de marzo de 2009
Burnout Paradise The Ultimate Box
Velocidad, destrozos y kilómetros de espectacular diversión: bienvenido al paraíso del motor.
Una de las sagas más espectaculares y aparatosas del reino de la velocidad vuelve a Pc tras casi 10 años de ausencia, y además lo hace con uno de los mejores juegos de las series Burnout. Apasionante como pocos, con una jugabilidad profunda y bien ajustada, y un apartado gráfico que te dejará exhausto, Burnout Paradise es una apuesta segura. Con un año de retraso con respecto a las versiones de consolas nos llega este The Ultimate Box, una oportunidad perfecta de coger el último tren a Paradise City.
En enero de 2008 se ponía a la venta Burnout Paradise en PlayStation 3 y Xbox 360, y su altísima calidad cumplió sobradamente con las expectativas. Una saga de impecable factura, marcada por ser una de las más espectaculares del momento recibiría su primer episodio desarrollado únicamente para plataformas de nueva generación, y contaba, además, con el incentivo de ser el debut en el subgénero de los títulos de desarrollo abierto.
Paradise, por lo tanto, suponía un giro radical en los estándares que hasta ahora habían caracterizado a las series Burnout al presentarnos una ciudad completa, de un tamaño muy razonable, por la que poder movernos a nuestro libre albedrío buscando carreras y retos en un planteamiento que, de alguna manera, recordaba al de Need for Speed Underground 2.
El título alcanzó unas cotas de calidad realmente brillantes, y se hizo con el merecido trofeo de mejor lanzamiento de velocidad en los premios de 3DJuegos. En Criterion Games, no contentos con el extraordinario resultado del videojuego, continuaron puliéndolo y añadiéndole contenidos durante todo un año, y a su deseo de aglutinar todo esto en un solo pack y al de llevar la franquicia de nuevo a Pc responde este brillante Burnout Paradise: The Ultimate Box.
Take me Down to the Paradise City
Lo que resulta más evidente cuando se pasan unas horas con la versión de Pc de Burnout Paradise es el nivel de trabajo que desde Criterion se ha puesto en la ciudad para llenarla de detalles y de vida –a pesar de no contar con peatones- y hacer que el componente de la exploración esté fuertemente recompensado.
La saga Burnout se reinventa a sí misma con Paradise. El nuevo juego de Criterion ofrece una fenomenal reescritura de los cánones de libertad en juegos de conducción.
De hecho puede que los primeros instantes a los mandos de Paradise sean un tanto desconcertantes debido, sin lugar a dudas, a la amplitud de posibilidades y a la ausencia de metas concretas. Y es que precisamente lo genial del nuevo Burnout es que no requiere en absoluto el seguir una línea o una sucesión de carreras concretas para ser disfrutado al 100%; el juego funciona de forma igualmente brillante tanto en su faceta de exploración como en su vertiente más tangible de espectaculares y vertiginosas pruebas.
En realidad, y aunque se han suprimido de forma muy discutible algunos de los retos más divertidos de títulos anteriores, lo cierto es que Paradise presenta un abanico de pruebas muy interesante y variado. Por ejemplo Carrera Clásica es, como su propio nombre indica, la base fundamental de todo juego de conducción, y se limita a hacernos llegar antes que el resto del punto A al punto B; con el aliciente clásico de Burnout de poder provocar las colisiones del resto de participantes.
Furia al Volante fulmina de un plumazo los conceptos “parrilla de salida” y “línea de meta” para, con libre albedrío, llegar a los límites de destrucción de otros coches que cada prueba de este modo de juego nos proponga.
Trucos, por su parte, también cuenta con un nombre muy descriptivo y versa sobre completar una serie de acrobacias como derrapes o saltos para alcanzar una determinada puntuación. El marcador va ascendiendo como si de combos se tratara al enlazar unas piruetas con otras, y si chocamos lo logrado se resetea y se suma a los totales.
Burnout va de choques y en eso, Paradise, es uno de los reyes absolutos. Pese a que de alguna manera se ha desatendido algo determinados aspectos jugables de las colisiones, éstas vuelven a ser de lo más espectacular que nos podemos echar a la cara en estos momentos.
Por otro lado la Ruta al Rojo Vivo propone una carrera limitada a un trayecto concreto para los vehículos que obtengamos y guardemos en nuestro garaje, y que desbloqueará una versión mejorada de cada uno de ellos. Mientras que Captura nos emplaza a realizar un trayecto evitando las colisiones de los enemigos que tienen como único objetivo el destrozar nuestro coche.
Por último hemos dejado para el final el genial Showtime, un hilarante y descerebrado estilo de juego que también nos empujará a provocar el mayor número de daños posibles, desplazando en esta ocasión nuestro coche como si de una gigantesca bola saltarina de varias toneladas se tratara.
Abróchense los cinturones… -Multijugador y Extras de esta Versión-
Cuesta encontrar puntos negativos a un juego de la calidad de Burnout Paradise, y es que el videojuego nos podrá gustar o no, pero su calidad es indiscutible. Las colisiones siguen siendo uno de los puntos fuertes del título, pero en esta ocasión se han fulminado determinados aspectos como el “aftertouch” para después de los choques y algunos modos de juego que, como ya hemos señalado, han desaparecido y sí estaban presentes en entregas anteriores.
No obstante cualquier reducción de contenidos, por pequeña que sea como es el caso, palidece ante la cantidad y calidad de pruebas y desafíos, y es que resultará muy difícil aburrirse en Paradise City.
Si contamos con dos monitores podemos expandir el campo de visión desde las opciones que aparecen antes de arrancar el videojuego. Una opción minoritaria pero de increíbles resultados visuales.
Mención especial merece el multijugador, muy cuidado, muy intuitivo y de fácil acceso. También cambia notablemente con respecto al apartado on-line de entregas anteriores pero los cambios, una vez más son a mejor. El modo se divide en una serie de desafíos que variarán dependiendo del número de jugadores disponibles –hasta 8-, y los tiempos de espera entre partida y partida nos permitirán dar vueltas por la ciudad a nuestro antojo.
Resulta también, volviendo al modo individual, especialmente curioso y acertado el sistema de incorporar vehículos a nuestra colección. Se nos hará notar la posibilidad de adquirir uno nuevo informándonos de que el citado modelo está deambulando por las calles de la ciudad, y tras buscarlo deberemos inmovilizarlo a golpes para que pase a formar parte de nuestro “garaje”.
Asimismo, y potenciando también la exploración, Paradise ofrece un gran número de actividades paralelas de búsqueda como romper carteles o vallas, o el empleo de talleres de reparación o de pintura. El acabar sabiendo dónde se encuentran se convierte a medio plazo en una necesidad, y es que conocer al dedillo dónde hay un atajo o un lugar donde arreglar el coche puede acabar marcando la diferencia entre una victoria y una derrota.
La versión The Ultimate Box incluye, además de todos estos elementos que ya pudimos ver en consolas el año pasado, la presencia de los packs que Criterion ha ido poniendo a disposición gratuita de los usuarios en los últimos doce meses. El Cagney pack, por ejemplo, incorpora tres modalidades de juego para el apartado multijugador, donde se busca en esencia el contacto brutal con los contrincantes. Así Marked Man fija en un usuario al objetivo a destruir por el resto, mientras que Road Rage lo hace de una forma similar pero por equipos. Stunt Run, por su parte, se parece más a Trucos, pero siempre desde una perspectiva on-line. Además también incorpora los desafíos contrarreloj, muy sencillos. pero que dotan al título de todavía más horas de vida útil.
Por otra parte Burnout Paradise: Bikes es la actualización de motos, que ofertaba vehículos sobre dos ruedas, y que también hacía uso de un delicioso ciclo de día-noche del que el original carecía y que dota de gran belleza al videojuego. Las motocicletas no aportan gran cosa a nivel jugable, puesto que su presencia está vetada en la mayoría de pruebas, pero son un detalle curioso, vistoso y de gran ferocidad en términos de velocidad.
El de Burnout Party es el último de los grandes paquetes que incorpora The Ultimate Box, y lo hace para aportar una interesante jugabilidad multiplayer off-line. Aquí nos enfrentamos a un puñado de pruebas inéditas de lo más variado donde podremos competir por turnos a nuestros amigos.
Potencia con Control
En el aspecto gráfico se han tomado algunas decisiones interesantes como la elección de la paleta de colores y determinados aspectos de la iluminación. Cuesta no acordarse del formidable Need for Speed Most Wanted cuando vemos al bólido corriendo por los escenarios de marcados tonos otoñales. Y es que Most Wanted, a pesar de tener más de dos años, sigue siendo un juego muy competente en lo visual precisamente por eso, por sus decisiones artísticas en mayor medida que por sus avances tecnológicos.
Burnout Paradise, sin embargo, es tan sobresaliente en términos de diseño como en su acabado gráfico más puramente técnico, y la versión de Pc sólo ayuda a consolidar su estupendo aspecto. Los vehículos son un ejemplo de modelado y de representación de destrozos, y los escenarios están muy cuidados y, como ya hemos señalado, invitan a la exploración, tanto por su diseño como por sus trazados.
Burnout Paradise tiene un interfaz algo aparatoso, sin embargo la presencia del cuenta kilómetros, el medidor de turbo y el minimapa son imprescindibles, y su presencia se torna obligada.
En tema de físicas el juego es sencillamente apabullante. Pocas veces, y con permiso de la serie FlatOut, hemos visto un tratamiento de colisiones y daños como el de Burnout Paradise, y los golpes son algo que hay que ver con nuestros propios ojos para poder juzgarlo de forma justa.
Lamentablemente sólo podemos calificar de error importante el hecho de que no haya conductores en los coches, y es que cuando perdamos el parabrisas en un choque revelará que no hay ningún personaje al volante. Lógicamente no pedimos que los tripulantes del bólido salgan despedidos por la ventanilla como en FlatOut, ya que son juegos que dentro del género de la velocidad se enmarcan en ramas totalmente opuestas, pero si que sería más que razonable ver al menos al piloto dentro del coche como en cualquier juego de conducción.
El videojuego, así mismo, cuenta con un rendimiento fantástico a nivel de tasa de imágenes por segundo siempre que cumplamos con los requisitos, no observándose ninguna caída por repleta que esté la pantalla de vehículos y colisiones. Por ejemplo maximizando las opciones gráficas y con una resolución de 1680x1050 hemos obtenido un frame rate excelente en el equipo de pruebas de la redacción –AMD 4200+, 8800GT, 2 Gb de Ram-, siempre muy cerca de los 40 frames por segundo. Testeando el título en un ordenador mucho más modesto y cercano a los requisitos mínimos, los resultados son igualmente buenos si escalamos en consonancia las opciones visuales.
El videojuego nos deja entera libertad para cumplir pruebas a nuestra discreción. El objetivo es cumplir los números exigidos e ir progresando en nuestro carné de conducir hasta ser un Piloto Burnout.
Entre los parámetros visuales que podemos alterar se cuentan los niveles de calidad para el detalle general, las texturas, las sombras, los entornos, el antialiasing y otros efectos como el Bloom. Obteniéndose una factura gráfica muy superior a las versiones de consola en términos de distancia de visionado, definición, alisado de dientes de sierra, etcétera.
En otro orden de cosas como es costumbre en todos los títulos que distribuye Electronic Arts el apartado sonoro y musical cuenta con un acabado irreprochable. La banda sonora brilla de forma espectacular, con una soberbia selección de canciones de estilos muy diferentes como pueden ser Alice in Chains, Guns N´ Roses o los visionarios Faith No More. No obstante, y pese a la amplia oferta, algunos temas no cuadran en exceso con el carácter del programa, y resulta ciertamente chocante topar con Avril Lavigne y su facilón y bienintencionado “Girlfriend” mezclado con el fibroso metal de Killswitch Engage, por ejemplo.
El de los efectos de sonido también es otro factor que resulta sobresaliente. Las colisiones provocan unos estallidos sonoros sobrecogedores, y el rugido de los motores acelerando es igualmente inmersivo. Es especialmente recomendable hacer uso de Burnout Paradise con un sistema 5.1, pues es una de las mejores experiencias auditivas que hemos tenido con un juego de conducción en los últimos años.
Gráficamente Burnout Paradise es uno de los juegos de velocidad más espectaculares de Pc. El aumento en la distancia de dibujado con respecto a las versiones de consolas logra extraordinarias estampas.
El único aspecto negativo a nivel sonoro es el del doblaje. Una mala elección de una de las voces principales de un juego puede dar al traste con todo el ambiente sonoro generado con mucho trabajo en el resto de facetas, y es precisamente el caso de Paradise. A modo de narración encontramos a un irritante DJ que hará unos comentarios de mayor o menor utilidad, aderezados con un timbre de voz ciertamente enervante y con unas aptitudes dramáticas, siendo generosos, cuanto menos corrientes.
Valoración de Burnout Paradise The Ultimate Box
Burnout Paradise es un sobresaliente videojuego de conducción, y el mejor arcade de velocidad para Pc de los últimos años. El lanzamiento cuenta con todo lo que se le debe pedir a un buen programa de estas características: un control muy ajustado, desafiante IA, potente on-line y vertiginosas carreras. Espectacular, aparatoso y sobrecogedor, Burnout Paradise es un cúmulo de emociones, y todas funcionan como un gigantesco estallido de adrenalina.
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