Bienvenido al mundo fantástico de Eberron, donde las batallas multitudinarias, la recolección de recursos y las construcción de ciudades, forman el juego más clásico de estrategia con una innovadora mezcla de Rol.
Juegos de estrategia los hay muchos, y yo diría que la mitad de ellos se recrean en ambientaciones de estilo fantástico. Pues bien, ¿qué mejor ambientación fantástica que la de Dungeons & Dragons? Pocas o ninguna desde luego, pero hasta la fecha este genial universo no contaba con una incursión contundente en lo que a estrategia en tiempo real se refiere. Un vacío, que este Dragonshard viene a llenar con muchas ganas y una grata sorpresa, su eficaz mezcla de estrategia y rol.
Superficie y subterráneos
Las más antiguas leyendas, cuentan que Eberron se formó a raíz de la feroz lucha entre tres gigantescos dragones mitológicos. Sus vestigios consiguieron dejar el planeta dividido en tres grandes zonas: la superficie, el mundo subterráneo y una especie de forma anillada que flota en el cielo. Por eso, desde entonces una lluvia de cristales se precipita sobre la superficie, siendo un poderoso regalo de riqueza y poder. Un poder que resulta minúsculo comparado al del gran cristal de Sibery, y que tanto La Orden de la Llama formada por elfos, humanos y enanos, como los Umbragen u hombres oscuros, ansían arrebatar de las garras de los temidos hombres lagarto.
El juego consigue una brillante mezcla de estrategia en tiempo real y rol, dividiendo la acción en dos zonas: la superficie y el mundo subterráneo.
Al hilo del argumento, encontramos el modo en que Dragonshard introduce su particular estilo y diferencia, dividiendo las acción en dos partes: la estrategia en la superficie, y el rol en el mundo subterráneo. Algo que a simple vista puede parecer la simple unión de dos juegos separados, pero que resulta muy interesante al conjuntar posibilidades y objetivos comunes. Como por ejemplo, el sistema de recolección de recursos, siendo los cristales en la superficie y el oro en los subterráneos.
Estrategia y Rol
Así pues ya dentro de la acción, dispondremos de cuatro campeones que podremos ir alternando y que aportan habilidades estratégicas únicas y muy poderosas. Junto a ellos se encuentran los capitanes (magos, exploradores, pícaros y clérigos) que sirven para dirigir las tropas de los ejércitos que previamente hayamos reclutado en nuestras ciudades. De hecho, reclutar unidades es uno de los puntos que mayor plan estratégico requiere, ya que el territorio donde edificar nuestras construcciones es limitado y aunque prácticamente podemos crear cualquier tipo de edificio desde el principio, tendremos que calcular bien que edificios ponemos según las unidades que queramos tener o mejorar. Este método aporta originalidad y fluidez, pero por desgracia resulta un poco embarullado el hecho de tener tanta construcción pegada una con otra.
En el mundo subterráneo o Inframundo, el rol al más puro estilo Diablo se despliega, con multitud de trampas que sortear y miles de enemigos contra los que combatir, siendo los enemigos finales todo un espectáculo visual y una de las principales motivaciones del juego. Además, en muchas ocasiones avanzar por la superficie requiere superar pruebas en los subterráneos, así como conseguir el preciado oro u otros tesoros que poseen algunas criaturas. Por otro lado, aquí resulta vital ganar experiencia, para posteriormente usarla en los capitanes y que estos puedan reclutar ejércitos.
Un acabado sólido
Todo el apartado sonoro, con un muy buen doblaje y una resultona banda sonora, acompañan a la perfección a todo el poderoso despliegue gráfico con el que cuenta el juego. Con grandes detalles y una gran variedad de decorados, enemigos y efectos, que no sólo cumplen a la perfección su cometido, sino que además logran nota alta. Quizás y por sacarle algún pero, en algunos monstruos la animación no sea tan buena como en el resto, pero no es nada escandaloso, más bien pasa bastante desapercibido.
La trama gira entorno al poderoso cristal del corazón de Sibery que tendremos que defender si elegimos a los hombres lagarto, o apoderarnos de él, si encarnamos a la orden de la Llama.
Para finalizar, decir que la campaña para un jugador resultará algo corta a los jugadores más experimentados, pero gracias a la incursión de la gran cantidad de misiones secundarias y un buen modo multijugador para un máximo de ocho jugadores, el juego consigue alargar gratamente su vida. Una vida que en esencia resulta muy entretenida y que consigue aportar una bocanada de aire fresco en la ya larga estela que dejó Warcraft III, y que mucho juegos siguen sin aportar apenas nada nuevo.
Valoración de Dragonshard
Si te gusta la estrategia y el Rol no puedes dejar escapar este juego que realmente conseguirá sumergirte en el genial universo de “Dungeons & Dragons” gracias a su magnífica ambientación y frescura. Si por el contrario, eres de los que te gustan los juegos de corte clásico puede no convencerte del todo.
jueves, 10 de mayo de 2007
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