Estableciendo una reducción muy simplista del desarrollo de un videojuego nos damos cuenta de que podríamos dividir la creación de un título en dos fases bien diferenciadas, propuesta y ejecución. Para que un título se convierta en un gran juego debe triunfar en ambas facetas, pero para que fracase estrepitosamente sólo tiene que fallar en una de ellas. Todos recordamos el sonado caso de DOOM3 un juego con una ejecución brillante, pero con una propuesta basada en remozar el DOOM original que se presentaba algo trasnochada en pleno siglo XXI. Un buen ejemplo del caso contrario, gran propuesta y pésima ejecución, es por ejemplo Boiling Point, un juego repleto de ideas espectaculares e innovadoras, que falló escandalosamente por una ejecución lamentable, tanto en lo tecnológico como en la propia experiencia jugable.
Infernal, el título que nos ocupa, desgraciadamente pertenece al primer grupo de los anteriormente mencionados. El juego de Metropolis Software goza de una ejecución ejemplar, dada sobre todo por un robusto motor gráfico capaz de mostrar gráficos espectaculares al mismo tiempo que no resulta demasiado exigente en cuanto a requerimientos de sistema; pero lamentablemente adolece de una propuesta interesante, ya que lo que nos ofrece no sólo lo hemos visto ya en cientos de ocasiones, si no que en la mayoría de ellas mejor llevado a cabo.
Una historia de ángeles y demonios. Infernal cuenta la historia de Ryan Lennox, un ángel caído que debe enfrentarse a sus archirivales demoníacos, y devolver la paz a la tierra.
El Cántaro Vacío es el que más Suena
Y es que Infernal es un cántaro muy bonito, revestido de preciosas grecas, con un acabado excepcional, y diseñado con un sentido del buen gusto pasmoso. Pero tiene un problema crucial, está vacío. La jugabilidad es pobre y repetitiva, está plagado de serios problemas de control y tiene un guión un tanto torpe y no muy bien escrito, pero esto es adelantar acontecimientos, y vamos a ir por partes.
Infernal es un juego de acción en tercera persona sin muchas complicaciones. En él se nos cuenta la historia de un conflicto entre el cielo y el infierno, encarnado en la historia de Ryan Lennox, un agente de Etherlight que fue expulsado de dicha agencia “celestial” por sus métodos demasiado expeditivos. La agencia Abyss, reverso oscuro de Etherlight, intentará por medio de su jefe, Black, poner al poderoso Lennox a sus órdenes y utilizar su talento para combatir a la agencia del bien. Para llevar a cabo los objetivos que nos encomiendan contaremos con un importante arsenal de pistolas, ametralladoras o rifles de rayos, pero así mismo Black potenciará a lo largo de la aventura los talentos de Lennox facilitándole conocimientos de poderes oscuros.
Esta premisa inicial que parece interesante, y que aboga por invertir radicalmente los estereotipos tan habituales de héroes bondadosos en juegos que enfrentan al bien contra el mal, rápidamente se ve ensombrecida por el pésimo desarrollo de la historia, y por lo que parece la obligación de justificar moralmente las acciones del protagonista, pintando rápidamente a la agencia Etherlight no tan buena como parecía en un principio.
El desencanto nos va invadiendo de forma lenta pero impasible a medida que avanzamos en el juego. En un principio las sensaciones son positivas, el menú del juego tiene mucho estilo, unas animaciones al más puro estilo cómic adornan el fondo de las opciones, y la música del primer interfaz acompaña a la perfección; así mismo el juego entra por los ojos, y la primera hora de la campaña es espectacular, pero pronto surgen los problemas. La escena introductoria es una de las peor escritas de los últimos años, el argumento es titubeante, y evoluciona muy poco a lo largo de la aventura; y por si fuera poco las escenas de video son tediosas y tienen unos diálogos en su mayoría sonrojantes; en especial los que protagonizan Black y Lennox, en constante pugna por demostrar quien es el más macarra de los dos.
Poderío gráfico y físico. Si por algo destaca este Infernal es por su poder tecnológico y visual, con grandes efectos y una optimización en toda regla.
Sólo acción
Cuando uno se enfrenta a Infernal rápidamente le vienen muchos juegos a la cabeza. Max Payne, Second Sight o Gears of War se agolpan en el inconsciente de un jugador que observa asombrado como Infernal saquea sin pudor alguno elementos de todos ellos.
Lamentablemente para Infernal hasta para copiar hace falta inspiración, y decididamente los chicos de Metropolis, tan brillantes en lo gráfico, han tropezado muy seriamente en casi todos los apartados jugables.
Para empezar uno de los aspectos más importantes de un shooter es como es lógico, el sistema de apuntado. Esta afirmación, por la que la mayoría acusarían a este redactor de decir frases de auténtico perogrullo, se torna un inquietante misterio en Infernal. El sistema es incomprensiblemente poco preciso, y acusa seriamente problemas como la ausencia de zoom o la dificultad de acertar blancos a la primera.
Por otro lado Infernal apuesta decididamente por un sistema de coberturas muy similar al de Gears of War y al del precedente del título de Epic, Kill.Switch. Y “por desgracia” es la expresión que más repetiremos en este análisis, ya que “por desgracia” tampoco está bien implementado. En los momentos de huidas frenéticas sentiremos que nuestra espalda estará imantada y se pegará a los muros en los momentos más insospechados, no obstante en otras ocasiones querremos cubrirnos con urgencia, y descubriremos que nuestra espalda también puede estar imantada pero en esta ocasión con polos idénticos, con lo que nos resultará imposible cubrirnos ya que parecerá que los objetos nos repelen.
La cobertura en los peores momentos acaba convirtiéndose en un quebradero de cabeza más que en una ayuda. Por si fuera poco el proceso de disparar desde detrás de un objeto es incomprensiblemente lento, con lo cual entre el tiempo que empleamos en apuntar, asomarnos, levantar el arma y apretar el gatillo, los enemigos ya nos habrán vaciado fácilmente un cargador encima. El ángulo de disparo a cubierto tampoco es precisamente una ayuda, ya que tiene un espacio de apuntado muy limitado, con lo cual si uno de nuestros enemigos se sale de ese pequeño espacio del que disponemos para disparar a cubierto deberemos proceder a despegarnos de la pared y darnos la vuelta… mucho esfuerzo para una acción que debería ser mucho más ágil.
Lennox va aprendiendo algunos poderes progresivamente como ya hemos comentado. Algunos beben directamente de Psi Ops o Second Sight, pero ninguno de ellos es tan relevante como los de estos títulos, y parecen más bien elementos accesorios introducidos a última hora para intentar aportar un fallido elemento de variedad. Podremos teletransportarnos durante unos breves segundos, podremos disparar balas más potentes o también podremos disfrutar de una suerte de visión infernal que nos descubrirá elementos ocultos en el escenario. Estos poderes entre otros nos ayudarán a superar los sencillos puzzles que ocasionalmente plantea el juego y que no nos alivian de una triste sensación de monotonía.
Junto a las armas convencionales, en Infernal podremos hacer uso de poderes como la teleportación y telekinesis, para superar los obstáculos y a los enemigos.
No obstante la fuente de este poder no es infinita como cabía esperar, y su uso se ve restringido por una barra de maná que se irá cargando progresivamente. Para recuperar maná, energía y la munición de los enemigos muertos, deberemos hacer uso de otro poder del protagonista, para “succionar” de alguna manera la escasa energía vital que queda en los enemigos derribados. Este proceso puede resultar un tanto pesado ya que el completarlo lleva unos segundos, y si no fuera por la escasez de munición y la alta dificultad del juego a buen seguro obviaríamos la acción
¿Lo mejor? Los gráficos
Los gráficos no nos deben cegar a la hora de valorar a Infernal como un producto en líneas generales mediocre, pero al César lo que es del César, e Infernal es gráficamente excelente.
Las texturas gozan de buena calidad, los efectos de luz son impresionantes y la mayoría de modelos de los personajes tiene un gran nivel de detalle, y todo esto viene acompañado por una optimización de auténtico lujo. La física viene de la mano de los cada día más celebres Ageia, aunque si no gozamos de una tarjeta específica no disfrutaremos de las bondades del chip, fuera de habituales efectos de rag-doll.
Las animaciones no obstante presentan claro-oscuros. Algunas como las de Lennox caminando de forma sigilosa son excelentes, otras como las del salto son escasamente realistas, y en ocasiones contemplaremos con asombro como nuestro protagonista camina por alfeizares sin tan siquiera poner los pies sobre el firme.
El sonoro no es un factor tan inspirado como el tecnológico. El tema que suena en el menú principal del juego es correcto, tiene chispa y parece anunciar una música extraordinaria para el resto del juego, pero nada más lejos de la realidad, ya que los guitarreos fáciles no dejarán de acompañarnos a lo largo de toda la aventura, y las partituras además de escasas y repetitivas no son demasiado largas, con lo cual pueden acabar martirizándonos al cabo de poco tiempo. El doblaje contra todo pronóstico no es nada bueno, y eso que el producto llega a nuestro país sólo traducido al español en sus textos, y con las voces intactas en inglés, pero ni aún así se ha logrado un buen nivel. Una temática tan delicada como la de Infernal, que se encuentra en todo momento en la fina línea que separa lo solemne de lo involuntariamente cómico, merecía un apartado de voces que rayara a gran altura para no caer en lo grotesco, pero no es el caso; especialmente Black, Lennox y los miembros de Etherlight que rozan lo paródico.
Para recargar nuestro maná que nos permitirá ejecutar los poderes especiales, necesitaremos energía que absorberemos de los enemigos derribados antes de que mueran.
En líneas generales y con ánimo de sintetizar, podríamos señalar que Metropolis Software ha demostrado con Infernal que tecnológicamente es una compañía muy a tener en cuenta, aunque en su próximo título debería ser vigilada algo más de cerca por sus distribuidores en aspectos como la historia o el testeo de los controles para lograr un producto con una calidad más ajustada.
Valoración de Infernal
Infernal es un envoltorio espectacular y cegador para un producto de acción bastante flojo. En lo bueno podemos citar el apartado gráfico y la brillante optimización, en lo malo es obligado mencionar la linealidad de las misiones, la pésima historia, la ausencia de multijugador y la monotonía de los objetivos, además de algunos problemas serios con el control y el apuntado. Un juego fallido, y sobre todo una oportunidad perdida para haber gozado de uno de los tapados del año.
viernes, 18 de mayo de 2007
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