El gran candidato a juego del año presenta su candidatura con potentes argumentos, espectacularidad y muchos fallos.
En los últimos años un nuevo género de juegos relacionado con el mundo del robo y el crimen ha explotado. ¿Por qué? Pues por varias sencillas y llanas razones: una es que es (era) un género no muy explotado y sumamente atractivo, otra y no menos vital, el gran éxito que tuvo Grand Theft Auto y Driver.
Hasta ahora existía una gran diferencia entre GTA y Driver que parece haber desaparecido en Driv3r, y es que este último se caracterizaba porque todo giraba en torno a la conducción de vehículos y las misiones que podíamos realizar con ellos (es cierto que en la segunda parte de Driver ya empezamos a tener que bajarnos del vehículo para realizar ciertas acciones, pero siempre de manera totalmente secundaria y esporádica). Pues bien, parece que, por desgracia, en esta ocasión estas diferencias han sido eliminadas y se ha buscado un equilibrio entre las misiones que deben realizarse a pie con las de conducción límite y temeraria.
Persecuciones, tiroteos, robos… misiones para todos los gustos.
Hola de nuevo Tanner
El protagonista de este título no es otro que el singular, Tanner, el mismo poli duro que ya protagonizó los dos episodios anteriores de Driver. En esta ocasión, Tanner, nuestro implacable policía secreto y conductor audaz, intenta infiltrarse en una banda de ladrones de vehículos de lujo cuyo último pedido consiste en hacerse con 40 coches de alto rendimiento encargados por un misterioso vendedor.
La historia de Driver 3 se desarrolla en torno a tres ciudades, Miami, Niza y Estambul, siendo el hilo conductor de ella unas impresionantes secuencias cinemáticas pre-renderizadas que aparecen al principio y al final de cada misión. Un estilo totalmente fotorealista, una ambientación de lujo y un sonido muy cuidado nos sumergen de pleno en el juego como si de una película se tratase. Una de las mejores cosas con que cuenta el juego.
Aunque cuenta con otros modos de juego, el modo principal de juego de Driver 3 (historia o undercover) es completamente lineal y se basa en la realización de misiones que fluyen acordes con la historia entre ellas. Cada misión cuenta con unos claros objetivos, como por ejemplo perseguir un coche, acabar con todos los enemigos dentro de un tiempo, hacer volar un determinado punto de la ciudad, robar coches, plantar bombas en el interior de un yate, etc., y al final de cada una de ellas dispones de la opción de grabar, conectar el modo de Director de Cine, ver la repetición o continuar en la siguiente misión. Las misiones varían de una a otra ciudad de las tres con que cuenta (Miami, Niza y Estambul), y aunque más o menos se parecen bastante entre sí son muy moviditas. Lo que de verdad llama la atención, es que en un juego que se llama “Driver”, parte del desarrollo tengas que realizarlo fuera del vehículo, y más concretamente a pie. Y ahí radica el gran problema de jugabilidad de Driv3r. Las misiones en coche son espectaculares, pero en las que cambias los pedales por tus piernas… la cosa cambia bastante. Si bien es cierto que de este modo el juego cuenta con mayor profundidad y variedad, algunos problemas técnicos solapan por completo esta faceta. El control de Tanner es más que justito, la inteligencia artificial de los enemigos es eso, artificial, y las animaciones de los personajes son un tanto toscas. Sin lugar a dudas, estos niveles de a pie no se encuentran para nada a la altura de los de conducción.
A fondo
El apartado visual en general es muy bueno. Texturas, modelos y efectos de luces de gran calidad, secuencias cinemáticas espléndidas y una representación de las 3 ciudades muy bien ambientadas se encargan de ello. Un ambiente peliculero, exagerado y realmente atractivo. La nota discordante la ponen los interiores de las casas y las animaciones de los personajes, bastante austera y simple.
Pero lo mejor sin duda es la representación de los vehículos, su auténtico punto fuerte. Conducir deportivos, turismos, utilitarios, lanchas, gigantescos camiones, rápidas motocicletas y hasta un total de 70 vehículos distintos, es el no va más. La exagerada física de los vehículos es espectacular, al igual que su control, el problema es que en algunos casos presenta ciertos problemas, sobre todo de interacción con el decorado. Algunas veces saltas una rampa y la caída en el suelo es perfecta, pero otras veces la caída es diferente y tu coche empieza a rodar como un poseso, forzándote a reintentar la misión.
Realismo, espectacularidad y muchos vehículos. El plato fuerte de Driv3R.
También existen algunas discrepancias entre los “objetos” o lugares sobre los que puedes conducir o no. Algunos de ellos cuentan con una gran interacción permitiéndote hacer de todo, mientras que otros “misteriosos” como árboles, farolas o determinados terrenos, actúan como si de repente te chocaras contra un trailer o utilizaras una zona de frenado de F1 sin que entiendas muy bien el por qué.
Al margen de estos extraños errores, volvemos a reincidir en que tanto la física como el control del juego son realmente vistosos, divertidos y aportan al juego un enorme valor.
El control de daños del vehículo también es digno de mención, reventones de ruedas, rotura de cristales, carrocerías agujereadas por balazos… al contrario que el de los personajes en cuanto vamos a pie. Parecen dos juegos diferentes.
Audio
Lo primero indicar que el juego viene doblado y traducido al castellano. Los efectos sonoros son ante todo muy realistas; cada vehículo y cada arma dispone de su propio efecto de sonido característico, y no se ha escatimado en el número.
La música y sobre todo las voces que aparecen en las secuencias cinemáticas de la versión original son extraordinarias. Artistas como Mickey Rourke, Iggy Pop o Michelle Rodriguez, se han encargado de ello brindándonos con su talento. En su versión española, las voces corren a cargo de los “dobladores oficiales” de los actores mencionados, y el doblajes es muy bueno. La música, totalmente cañera, ayuda aún más a meternos en el papel de Tanner y su mundo del hampa.
Conduce deportivos, turismos, utilitarios, lanchas, gigantescos camiones, rápidas motocicletas y hasta un total de 70 vehículos distintos.
Modos de juego
Además del modo de juego principal, Driv3r cuenta con otros dos modos más ligeros y específicos que le aportan un poco más de profundidad y diversión.
Carrera libre: conduce por cualquiera de las tres ciudades como un ciudadano más.
Juegos de conducción: este modo cuenta con varios mini-juegos o pruebas basados en la conducción, estandarte de la saga.
Quick Chase: persecuciones de infarto.
Quick Getaway: escapa de la poli como puedas para no acabar en la trena.
Trail Blazer: esquiva los conos y llega a la meta antes de que acabe el tiempo.
Survival: sobrevive a un psicópata ataque de varios vehículos.
Checkpoint race: carreras contra el reloj con checkpoints o puntos de llegada.
Gate Race: una variante de la carreras Checkpoint.
Valoración de Driver 3
Valorar Driv3r es complicado. Por un lado decepcionante… por otro espectacular…
Los coches, la acción, el sistema de daño, las ciudades, el diseño de los vehículos y su comportamiento y las secuencias cinemáticas son realmente espectaculares, pero Driver 3 cuenta con varios ingredientes que fallan en la receta y reducen notablemente la calidad de su apartado gráfico además del jugable. El popping, numerosas ralentizaciones, el modelado de los personajes, una brusca generación de los fondos y ciertas deficiencias de control en las misiones a pie le restan muchos puntos.
El juego se ha quedado a medias en algunos aspectos, y es una lástima, puesto que puliendo ciertos detalles hubiese sido un auténtico pura sangre.
domingo, 6 de mayo de 2007
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